Discurso de ascensor
Más de 100 millones de niñas y mujeres de todo el mundo han sufrido ablación genital por motivos culturales, religiosos o no médicos. Aunque las organizaciones internacionales condenan la mutilación genital femenina (MGF), o ablación, por ser una violación de los derechos humanos, y la mayoría de las naciones la han prohibido, continúa prevalente en muchos países africanos, con lento descenso. Esta persistencia plantea cuestiones sobre la eficacia de las leyes internacionales y nacionales que prohíben la práctica, así como sobre el posible papel que tienen los migrantes que regresan a sus países para cambiar las normas culturales establecidas. ¿Cambia la migración las opiniones de los migrantes y su actitud ante esta costumbre? Si es así, ¿transfieren las nuevas normas a su país de origen?
Hallazgos clave
Pros
La migración puede crear actitudes diferentes ante las normas sociales y opiniones políticas y convicciones diferentes.
Los migrantes que regresan a su país de origen pueden ser un medio muy potente para crear nuevas normas sociales.
Los migrantes que regresan a sus países pueden ayudar a eliminar la MGF al reducir la importancia que va unida al papel de «identidad social» de la MGF.
Los migrantes que regresan a sus países puede ser más eficaces que las intervenciones verticales y las campañas de información que llevan a cabo personas ajenas a la comunidad objetivo.
Contras
No todas las experiencias de migración dan a los migrantes la oportunidad de aprender y adoptar nuevos valores y normas sociales y políticos.
La influencia de los inmigrantes que regresan a sus países es mayor cuando representan un gran número en su comunidad o cuando están en la parte alta de la jerarquía social.
La evidencia empírica es escasa en relación con el proceso de cambio social en los países en desarrollo.