Discurso de ascensor
Se ha argumentado que la inversión directa extranjera (IDE) mejora el rendimiento de las empresas y estimula el crecimiento y el empleo. Las economías en transición de Europa Central y Oriental (ECO) tuvieron la apremiante necesidad de unirse a la economía global para mejorar su competitividad y crear empleo a través de IDE. Entonces, llegó la IDE. ¿Se consiguió con ella lo que se esperaba? Los niveles de IDE fueron altos para ECO y para algunos países en transición con muchos recursos (como Rusia y algunos de Asia Central), pero ofrecieron principalmente beneficios considerables (por ej., empleo) a los primeros. La IDE llegó mucho más tarde a otros países en transición (por ej., a las antiguas repúblicas soviéticas y a los Balcanes) y tuvo un impacto mucho menor.
Hallazgos clave
Pros
La IDE fue una fuente de inversión importante en las economías en transición, aunque con marcadas variaciones en distintas regiones y períodos
La IDE llegó antes a los países que pasaron a formar parte de la UE.
Las economías en transición lograron efectos positivos en el crecimiento y el mercado laboral gracias a la llegada de IDE.
La entrada de IDE se asoció a niveles más altos de PIB y menor paro durante algunos períodos.
Los estados miembros de la UE presentan efectos distintos de la IDE en la reestructuración, productividad y empleo a nivel empresarial.
Contras
La IDE llegó más tarde a Rusia, a la región de Asia Central, a la antigua Unión Soviética y a los Balcanes que a otros países miembros de la UE.
La IDE fue impulsada principalmente por la búsqueda de recursos en Rusia y en algunas repúblicas de Asia Central, donde los efectos en el paro fueron menos pronunciados.
Los efectos indirectos positivos de la IDE fueron mucho menos aparentes en Rusia, en la antigua Unión Soviética y en los Balcanes, probablemente a causa de las dificultades institucionales y falta de capital humano.