Discurso de ascensor
Las habilidades para la vida, llamadas a veces habilidades no cognitivas o rasgos de personalidad (por ej., la diligencia o el locus de control, es decir, la creencia de poder influir en lo que acontece), afectan a la productividad del mercado laboral. Así, los responsables políticos y académicos están explorando si dichas habilidades deben enseñarse en la educación secundaria o terciaria. Algunos estudios recientes muestran indicios alentadores de que la educación podría fortalecer las habilidades para la vida en la adolescencia. Pero, como no existe coherencia sobre qué habilidades son las más importantes y cuál es la mejor manera de medirlas, deben responderse muchas preguntas importantes antes de que el desarrollo de las habilidades para la vida forme parte del currículo escolar.
Hallazgos clave
Pros
La adolescencia ofrece un periodo de oportunidad para enseñar habilidades para la vida cuando el cerebro humano es maleable.
Estudios recientes muestran que las habilidades para la vida pueden fortalecerse en la adolescencia con la educación o con intervenciones educativas.Estudios recientes muestran que las habilidades para la vida pueden fortalecerse en la adolescencia con la educación o con intervenciones educativas.
Existen datos coherentes sobre el impacto positivo de la educación en la extraversión y en las expresiones de conducta de las habilidades para la vida.
El cálculo del impacto de las iniciativas educativas en las habilidades para la vida es reducido, aunque comparable al efecto de los programas en la primera infancia.
La terapia cognitiva conductual puede ser una herramienta prometedora para el desarrollo de las habilidades para la vida.
Contras
No se pueden extraer conclusiones generales a partir de los pocos datos existentes debido a la gran diversidad al medir las habilidades y la educación.
Los estudios que evalúan las intervenciones específicas en relación con las habilidades para la vida dependen de expresiones conductuales invalidadas y, por tanto, son menos fiables.
Algunos estudios incluso indican impactos negativos de la educación en el desarrollo de las habilidades para la vida, lo que genera preocupación sobre la medición correcta de las habilidades.
La evidencia empírica sobre la rentabilidad y eficacia de intervenciones concretas es escasa.
Los datos existentes son demasiado limitados para que los responsables políticos puedan usarlos en la implementación del desarrollo de habilidades para la vida en los currículos escolares.