Discurso de ascensor
Dinamarca destaca a menudo como un país con «flexiguridad», con una legislación laxa de protección del empleo, un generoso seguro de desempleo y políticas activas para el mercado laboral. Este modelo ha hecho frente a la Gran Recesión y a la pandemia de la Covid-19, evitando el aumento del paro de larga duración y estructural. La recuperación de la Covid-19 y el reinicio de la actividad han sido rápidos, por lo que los efectos en el mercado laboral fueron temporales. Una serie de reformas recientes ha impulsado la oferta de mano de obra y el empleo; aunque la sostenibilidad fiscal está garantizada, los cambios demográficos suponen un reto para el mercado laboral. El crecimiento de los salarios reales ha sido positivo y ha respondido –con cierto retraso– al paro.
Hallazgos clave
Pros
Las tasas de empleo son elevadas y han aumentado en los últimos años debido a factores cíclicos y reformas estructurales.
Las elevadas tasas de rotación del empleo garantizan que la mayoría de los periodos de paro sean breves, lo que evita que el aumento del paro eleve el paro estructural.
La resistencia a la Gran Recesión y la pandemia de la Covid-19 ha evitado fuertes aumentos del paro juvenil y de larga duración.
El ajuste salarial ha sido flexible, preservando la competitividad salarial.
Hay pocos trabajadores pobres.
Contras
Una gran parte de los jóvenes se incorpora al mercado laboral con bajos niveles de cualificación; esto supone un gran problema, ya que hay pocos empleos que requieran baja capacitación.
La media de horas de trabajo es baja.
La rotación laboral puede ser perjudicial para la acumulación de capital humano.
La desigualdad salarial está aumentando de forma moderada.
Los cambios demográficos suponen un reto para el mercado laboral.