Discurso de ascensor
El acoso sexual en el lugar de trabajo está declarado internacionalmente discriminación sexual y una violación de los derechos humanos, y más de 75 países han promulgado leyes que lo prohíben. El acoso sexual en el lugar de trabajo aumenta el absentismo y la rotación, y reduce la productividad y la satisfacción en el trabajo. Aún así, continúa siendo generalizado y no denunciado, y ni la legislación ni los incentivos del mercado han podido eliminarlo. Unas políticas más estrictas en el lugar de trabajo que prohíban el acoso sexual, la formación de los trabajadores y un proceso de quejas que proteja a los trabajadores frente a represalias parecen ser las medidas que más prometen a la hora de reducir el acoso sexual.
Hallazgos clave
Pros
Ignorado en gran medida hasta la década de 1970, el acoso sexual en el lugar de trabajo está declarado ahora internacionalmente una forma de discriminación sexual y una violación de los derechos humanos.
En más de 75 países existe una legislación que prohíbe el acoso sexual en el lugar de trabajo.
La legislación varía por país e incluye la protección frente al acoso sexual en el lugar de trabajo conforme al derecho civil y el derecho penal.
Al igual que los trabajadores que corren el riesgo de lesiones o muerte, los que corren el riesgo de sufrir acoso sexual reciben una prima salarial.
Las empresas han prohibido el acoso sexual y han establecido procedimientos para formalizar quejas.
Contras
El acoso sexual es difícil de definir, medir y controlar.
El acoso sexual no se denuncia, lo que reduce la eficacia de la legislación y de las políticas en el lugar de trabajo que lo prohíben, ya que estas dependen de las denuncias para disuadir el acoso.
Los trabajadores que denuncian el acoso sexual tienen probabilidades de sufrir represalias.
Las mujeres tienen un mayor riesgo de sufrir acoso sexual que los hombres.
El acoso sexual es caro para las víctimas y para las empresas en las que tiene lugar.