Discurso de ascensor
Francia es el segundo país más poblado de la UE. Desde el año 2000, el mercado laboral francés ha experimentado cambios importantes resultantes de tendencias llamativas, algunas de las cuales se vieron aceleradas por la Gran Recesión y la crisis por la COVID-19. Algunos de los cambios más interesantes han sido la enorme mejora educativa de la población activa (sobre todo de las mujeres), la resistencia del empleo durante las recesiones, y la notable aparición de contratos de trabajo de muy corta duración (de menos de una semana) y de contratistas independientes con ingresos bajos, lo que en conjunto ha provocado la desigualdad de ingresos.
Hallazgos clave
Pros
Los grandes mecanismos de suspensión de contratos de trabajo evitaron destrozar el empleo de trabajadores fijos durante el confinamiento y las restricciones sanitarias de 2020-2021.
La proporción de trabajadores con educación terciaria aumenta continuamente, y su tasa de empleo continúa alta y acíclica.
La Gran Recesión no impidió el aumento de la tasa de empleo femenino, que ahora está estabilizada en su nivel más alto desde la II Guerra Mundial.
La participación en la población activa de trabajadores de entre 50 y 64 años ha aumentado considerablemente.
Los ingresos reales del trabajador a tiempo completo medio y en la mediana de ingresos aumentaron hasta 2019.
Contras
El paro de larga duración y el de trabajadores de edad avanzada no se han recuperado desde la Gran Recesión.
La heterogeneidad territorial en el paro continúa siendo grande.
Los contratos de trabajo de muy corta duración (de menos de una semana) han aumentado considerablemente.
La desigualdad de ingresos anuales ha aumentado, impulsada por el deterioro en términos reales en el extremo inferior de la distribución.
Los nuevos contratistas independientes que sustituyen a los artesanos tradicionales o que participan en actividades de encargo tienen ingresos bajos y escasa protección social.