Discurso de ascensor
La Gran Recesión que comenzó en 2008-2009 aumentó considerablemente el paro juvenil. Pero, ¿fueron duraderos los efectos negativos que tuvo en la vida profesional de los jóvenes? ¿Están los jóvenes que se gradúan durante una recesión condenados a ir siempre por detrás de los que se gradúan en épocas de bonanza? ¿Se ven afectados de igual manera quienes cuentan con una educación superior y aquellos que no? Si las desventajas derivadas de una recesión perduran en el tiempo, está justificado un mayor desembolso del gobierno para estabilizar la actividad económica. En distintos países, se ha demostrado científicamente que los mercados laborales rígidos mantienen la persistencia de estos reveses, lo que repercute de manera considerable en las políticas.
Hallazgos clave
Pros
Los jóvenes que finalizan la educación superior durante una recesión sufren una pérdida moderada, pero duradera, de ingresos.
Los jóvenes con educación superior se estancan en trabajos de baja calidad, sobre todo en mercados laborales rígidos.
Una legislación de protección del empleo estricta y otras protecciones rígidas de los trabajadores generan más desempleo y refuerzan la persistencia de desventajas.
La baja protección del empleo para contratos temporales y la protección de empleo elevada para contratos ordinarios aumentan la probabilidad de desempleo y el cambio frecuente entre empleos de corta duración.
Contras
Los salarios de los jóvenes con baja formación que acceden al mercado laboral en una recesión caen de manera considerable a corto plazo, pero este efecto negativo se disipa con rapidez.
Los jóvenes con educación superior y con menos suerte pueden llegar a recuperar terreno si el mercado laboral es lo suficientemente flexible.
Un salario mínimo elevado protege a los jóvenes menos capacitados frente a una reducción salarial, mientras que otras protecciones a los trabajadores reducen los efectos negativos inmediatos en el empleo y las horas trabajadas.
Los jóvenes con educación superior se ven menos afectados en cuestión de empleo y horas trabajadas, independientemente de la flexibilidad del mercado laboral.