Discurso de ascensor
Alemania, la mayor economía de la UE, ha sabido encontrar una combinación de flexibilidad y rigidez única y eficaz en su mercado laboral. Las instituciones que normalmente caracterizan a los mercados laborales rígidos se ven equilibradas con eficacia por instrumentos de flexibilidad. Entre los importantes desarrollos desde el 2000 se incluyen un descenso constante de la tasa de paro (desde 2005), mayor tasa de participación, y (desde 2011) una contraprestación laboral que aumenta moderadamente. El mercado laboral alemán soportó de manera sorprendente los efectos de la Gran Recesión, convirtiéndose así en un ejemplo de caso práctico para otros países desarrollados.
Hallazgos clave
Pros
El paro es por lo general bajo, pero el paro juvenil es especialmente bajo en comparación con otros países, lo que parece relacionarse con el sistema de aprendizaje dual.
Aunque las tasas de participación han estado aumentando desde el 2005 de forma generalizada, el aumento ha sido especialmente firme entre los trabajadores de mayor edad.
Si se tienen en cuenta las cifras agregadas, el mercado laboral alemán apenas se vio afectado por la Gran Recesión, en concreto, en términos de empleo agregado.
El mercado laboral continúa siendo bastante rígido en comparación con el de otros países, pero el país sabe cómo evitar muchos efectos secundarios negativos que se asocian normalmente a la rigidez.
Contras
ContrasLa tendencia de favorecer la educación académica frente a la formación profesional amenaza el importante papel del sistema de aprendizaje dual.
Dados los comparativamente elevados costes laborales, es importante que Alemania continúe siendo productiva e innovadora.
El regreso al proteccionismo es una amenaza para el modelo alemán, que continúa dependiendo de manera considerable de exportaciones e importaciones.
La reducción del paro en la última década se ha debido principalmente a factores demográficos en el este de Alemania; los parados no se benefician de manera proporcional del aumento del empleo.
El cambio demográfico pone en peligro la sostenibilidad del éxito del país, especialmente cuando se tienen en cuenta desventajas estructurales en políticas de inmigración.