Discurso de ascensor
Entre 2001 y 2015, la desigualdad de ingresos en Brasil se redujo considerablemente. El auge de las materias primas y los cambios institucionales en los primeros años del siglo XXI impulsaron el mercado laboral, lo que aumentó el trabajo formal y los ingresos, especialmente para los trabajadores más pobres. El aumento significativo en las tasas educativas y en el salario mínimo real redujeron las diferencias de género, ingresos regionales y origen étnico, aunque continúan siendo bastante altas. Sin embargo, desde el 2014, una gran crisis fiscal ha afectado negativamente al PIB y al mercado laboral, y amenaza seriamente estos logros.
Hallazgos clave
Pros
El paro descendió y se crearon más puestos de empleo formales, incluso con un 92 % de aumento del salario mínimo real.
La media de años de escolarización de los trabajadores del sector privado aumentó, pero el rendimiento de la educación descendió en el mismo período, lo que contribuyó al declive de la desigualdad.
Las diferencias de ingresos por género y origen étnico disminuyeron considerablemente.
El empleo protegido por contratos formales aumentó en cantidad y porcentaje del empleo total.
Contras
Desde el 2015, la tasa de desempleo ha pasado del 7,5 % al 14 %.
Aunque los aumentos reales del salario mínimo ayudaron a reducir la desigualdad durante el período de auge de los primeros años del s. XXI, desde el comienzo de la crisis en 2014, han contribuido al aumento de la desigualdad.
Las diferencias de ingresos por origen étnico (41 %) y género (15 %) continúan siendo elevadas.
En 2015, solo el 46 % de los empleados del sector privado estaban protegidos con contratos formales.