Discurso de ascensor
En muchos países en transición, la caída del comunismo dio lugar a reformas lingüísticas que permitieran su adaptación a la recién conseguida independencia de la Unión Soviética y su apertura al resto del mundo. Estas reformas pueden tener repercusión en las oportunidades económicas de algunas personas, ya que dominar una lengua extranjera puede indicar mayor productividad en el mercado laboral. Según datos empíricos recientes, saber inglés es una ventaja en el mercado laboral de los países en transición. Sin embargo, dominar el ruso continúa siendo valioso desde el punto de vista económico y las políticas lingüísticas nacionalistas podrían derivar en pérdida de oportunidades económicas en el futuro.
Hallazgos clave
Pros
El dominio del inglés está muy demandado en los países en transición.
Los conocimientos de ruso continúan siendo una forma de capital humano importante en la antigua Unión Soviética y se recompensan bien en ese mercado laboral.
El conocimiento de idiomas tiene beneficios aparentes en trabajos en los que la comunicación es importante y las tareas son complejas.
Los idiomas se complementan probablemente con otras formas de capital humano; por ejemplo, los hombres muy cualificados se benefician más por saber idiomas que los pocos cualificados.
Contras
En algunos países en transición, existen diferencias de género en los beneficios que suponen los conocimientos de idiomas en el mercado laboral.
Las políticas lingüísticas nacionalistas pueden ir en detrimento de las minorías en sociedades multilingües.
Los conocimientos de otras lenguas pueden tener aspectos negativos en el mercado laboral, sobre todo si hay diferencias en la calidad de la educación que se ofrece en distintos idiomas.
Es difícil separar el efecto de los idiomas del de otras características menos observables, como la capacidad innata.