Discurso de ascensor
El sector rural no agrícola desempeña un papel importante en la diversificación de ingresos de familias rurales en los países en desarrollo y puede convertirse en una importante fuente de empleo. En algunos casos, ha superado al sector agrícola, en parte debido a la expansión del crédito a través de instituciones de microfinanzas que cuentan con el respaldo de gobiernos, organismos donantes y empresas. Sin embargo, la expansión del sector rural no agrícola en el futuro requiere mayor flexibilidad en los contratos de crédito, así como la reducción del coste del crédito y otros factores complementarios, por ej., la capacitación profesional.
Hallazgos clave
Pros
Las empresas rurales no agrícolas pueden facilitar el empleo a una creciente mano de obra en muchos países en desarrollo.
Las empresas rurales no agrícolas pueden ser muy rentables; las inyecciones de capital nuevo a menudo generan alta rentabilidad.
Los datos sugieren una sólida asociación entre el aumento del empleo rural no agrícola y el descenso de la pobreza.
La expansión de alternativas de microfinanzas que no exijan garantías para préstamos y se orienten a familias más pobres pueden ayudarlas a encontrar empleo en puestos de trabajo rurales no agrícolas.
Contras
Ante la ausencia de crédito y otros servicios complementarios, el empleo rural no agrícola es a menudo de baja productividad.
Los propietarios de empresas rurales no agrícolas, especialmente las mujeres, hacen uso con frecuencia de mano de obra familiar no asalariada, lo que puede conducir a una sobreestimación de los beneficios.
El sector no agrícola es heterogéneo en cuestión de productividad y calidad de empleo; su expansión puede aumentar la desigualdad.
Las microfinanzas pueden ser inflexibles y exigir mayor frecuencia en la devolución del préstamo (por ej., semanal) y de forma casi inmediata.
Las instituciones de microfinanzas cobran a menudo tipos de interés elevados y pueden no conceder créditos a los hombres.