Discurso de ascensor
Las tasas de migración aumentan en todo el mundo y decidir si jubilarse en el país natal o en el de acogida se está convirtiendo en una decisión clave para hasta el 15 % de la población mundial, un porcentaje que aumenta con rapidez. Las grandes oleadas de inmigrantes que se restablecieron en la segunda mitad del siglo XX empiezan ahora a jubilarse. Aunque la elección del lugar donde jubilarse es un tema que apenas se ha estudiado, esta decisión tiene implicaciones cruciales para los gastos de sanidad y protección social, tanto en el país de origen como en el de acogida.
Hallazgos clave
Pros
El regreso de los inmigrantes a sus países de origen al jubilarse puede ahorrar costes a los sistemas sanitarios del país de acogida.
Los costes de los viajes cada vez menores ayudan a los inmigrantes a mantener el contacto físico con los familiares y amigos que siguen viviendo en el país de origen.
Una tercera parte de los inmigrantes que se jubilan eligen dividir el año entre el país de origen y del de acogida, desplazándose entre ellos.
Una mejor coordinación entre países en relación con las prestaciones por jubilación dejaría libre la elección residencial de los inmigrantes al jubilarse.
Contras
Es probable que el regreso de los emigrantes a sus países de origen aumente los gastos sanitarios y sociales en esos países, en los que el PIB per cápita es de media más bajo que en el país de acogida.
Las desigualdades de ingresos y riqueza pueden aumentar en los países de origen debido al regreso de los inmigrantes, lo que puede generar frustración y agitación social.
La sanidad es probablemente más accesible en los países de acogida en el caso de enfermedades agudas, lo que aumenta los costes sanitarios en esos países.
La falta de información sobre la elección de residencia de los inmigrantes en la jubilación puede impedir a las administraciones planificar los gastos sociales para la jubilación de los inmigrantes.