Discurso de ascensor
La competencia lingüística es un motor clave para la integración de los inmigrantes. Aumenta las oportunidades de empleo y facilita la participación social y política. Sin embargo, a pesar de su importancia vital, muchos inmigrantes nunca llegan a dominar bien el idioma del país de acogida. Por tanto, es fundamental conocer cuáles son los procesos subyacentes y los factores asociados a la hora de diseñar medidas que mejoren el aprendizaje del idioma. La evidencia empírica demuestra que los inmigrantes tienen distintas habilidades a la hora de aprender un idioma, lo usan a diario de forma diferente y tienen distintos incentivos para aprender el idioma del país de acogida. Esto ofrece muchas oportunidades de intervención en cuestión de política pública.
Hallazgos clave
Pros
Los inmigrantes que llegan siendo niños aprenden sin esfuerzo el idioma principal del país de acogida.
Los conocimientos lingüísticos aumentan con el tiempo que se pasa en el país de destino a través de la exposición y el aprendizaje mediante la práctica.
Un salario más alto y mejores oportunidades laborales son incentivos para invertir en el aprendizaje de idiomas.
Las reglas de selección de inmigración basadas en puntos, las clases de idiomas y los incentivos para la nacionalización son opciones políticas que pueden usarse para promover el aprendizaje del idioma.
Contras
Cuanto más diferente sea el idioma nativo al del país de acogida, más difícil y caro será aprenderlo.
Vivir en enclaves etnolingüísticos reduce la exposición al idioma del país de acogida y por tanto las oportunidades para usarlo con regularidad.
La migración circular y la previsión de estancias cortas reducen los incentivos para aprender el idioma.
La eficiencia del aprendizaje del idioma se ve influida también por características que no recogen los datos y solo pueden ser aproximadas, como la motivación y las capacidades cognitivas.