Discurso de ascensor
Las evaluaciones de programas no experimentales comparan a personas que eligen participar en un programa con personas que no. Dichas comparaciones corren el riesgo de mezclar una selección no aleatoria en el programa con sus efectos causales. Si se asignan personas de forma aleatoria para que participen en el programa o no, las evaluaciones experimentales eliminan la posibilidad de que una selección no aleatoria influya en las comparaciones de participantes y no participantes. Al hacerlo, ofrecen evidencia causal contundente de los efectos del programa. Al mismo tiempo, los experimentos no son una panacea y exigen un diseño e interpretación cuidadosos.
Hallazgos clave
Pros
Los experimentos solucionan el problema de la selección no aleatoria, por lo que a menudo ofrecen evidencia causal contundente de la eficacia del programa.
Para los responsables políticos y otras partes interesadas, los métodos experimentales son más fáciles de comprender que muchos métodos de evaluación no experimental.
Los experimentos son, por lo general, más difíciles de manipular para los investigadores que las evaluaciones no experimentales.
Los datos experimentales ofrecen una referencia para el estudio de métodos no experimentales.
Contras
En muchos experimentos, la interpretación se complica porque muchas de las personas asignadas al programa no participan en él y, del mismo modo, algunas de las asignadas para no recibirlo en realidad lo hacen (o si no, reciben un programa similar).
Muchas evaluaciones experimentales permiten a las personas rechazar la asignación aleatoria, lo que reduce el carácter general de los hallazgos.
Para completar el grupo de control, los experimentos pueden requerir cambios en la escala del programa o que los programas se adapten a personas a las que no de adaptarían de otro modo.
Los programas locales que se resisten a la participación en una evaluación experimental pueden no ser representativos, lo que limita el carácter general.