Discurso de ascensor
Muchos países industriales están desarrollando políticas de la llamada energía verde, lo que normalmente supone la sustitución de plantas eléctricas de combustible fósil por fuentes renovables. Este cambio político puede afectar al empleo de diversas maneras. Por un lado, podría crear más «empleos verdes» y otros nuevos en el sector de las renovables; por otro lado, podría desplazar el empleo en otros sectores. Otro aspecto a tener en cuenta es el posible aumento de los precios energéticos, lo que podría reprimir la demanda laboral en sectores con elevado consumo energético y reducir el poder adquisitivo de los hogares particulares.
Hallazgos clave
Pros
Una política de energía verde crea más «puestos de trabajo verdes» en los sectores de energía renovable.
El cambio a fuentes de energía más renovables mejora la calidad ambiental al reducir las emisiones de contaminantes a la atmósfera, lo que beneficia a la salud y a la productividad laboral.
Contras
Subvencionar las energías renovables mediante tarifas reguladas aumenta los precios energéticos para las empresas y los hogares particulares.
Aumentar los precios energéticos pone en riesgo los empleos industriales cuando el trabajo y la energía son factores complementarios en la producción industrial.
Las estimaciones de los efectos en el empleo neto son, aunque positivas, bastante reducidas.