Discurso de ascensor
Según investigaciones, una temporada de calor provoca un descenso en las tasas de natalidad nueve meses después. Los datos señalan que este descenso en el número de nacimientos se debe a que el tiempo caluroso daña la salud reproductiva en el momento de la concepción. Las tasas de natalidad solo se recuperan parcialmente después del descenso inicial. Además, la recuperación traslada los nacimientos a los meses de verano, lo que daña la salud del bebé al estar expuesto al tiempo caluroso durante el tercer trimestre de embarazo. Una peor salud infantil eleva los costes de la sanidad a corto plazo y reduce la productividad laboral a largo plazo, posiblemente debido al daño fisiológico que perdura tras la lesión durante los primeros meses de vida.
Hallazgos clave
Pros
Una temporada de tiempo caluroso reduce la tasa de natalidad entre ocho y diez meses después de producirse, siendo la mayor reducción nueves meses después.
El descenso de nacimientos relacionado con altas temperaturas se debe probablemente a una peor salud reproductiva en el momento de la concepción, no a una reducción de la actividad sexual.
Entre 11-13 meses después de producirse altas temperaturas, las tasas de natalidad se recuperan ligeramente, lo que compensa parcialmente el descenso inicial en la fertilidad.
El aire acondicionado puede ayudar a compensar algunos de los efectos negativos del tiempo caluroso, aunque puede también agravar el cambio climático.
Contras
El impacto que el tiempo caluroso tiene en la fertilidad es menos claro en los países en desarrollo, en los que las tasas de natalidad son normalmente más altas y los recursos de salud pública son limitados.
Se necesitan más estudios con humanos para determinar si el impacto en la salud reproductiva es mayor en los hombres que en las mujeres, como sugieren los estudios con animales.
La recuperación de las tasas de natalidad traslada los nacimientos a los meses de verano, época en la que el bebé está expuesto al peligro del tiempo caluroso durante el tercer trimestre del embarazo.
En comparación con las políticas de control de natalidad o la participación de la mujer en el mercado laboral, la temperatura es menos importante a la hora de predecir los cambios históricos en la fertilidad o las diferencias en fertilidad en distintos países.