Discurso de ascensor
El alto riesgo de pobreza y tasas de empleo bajas está muy extendido entre grupos poco cualificados, sobre todo en el caso de algunas composiciones familiares (por ej., madres de familia monoparental). Las políticas creadas para que trabajar sea rentable se han defendido e implementado con el fin de solucionar estos problemas sin que añadan desincentivos al trabajo. Sin embargo, ¿ofrecen lo que prometen? Si reducen la pobreza y mejoran el empleo, ¿es posible determinar sus efectos en los indicadores de bienestar, como la salud mental y la satisfacción vital, o en la adquisición de capital humano?
Hallazgos clave
Pros
Las prestaciones permanentes vinculadas al trabajo aumentan generalmente la transición del bienestar al empleo de las madres de familia monoparental.
Ofrecer prestaciones permanentes vinculadas al trabajo reduce la incidencia de pobreza de los ocupados.
Las prestaciones permanentes vinculadas al trabajo tienen un efecto positivo en la salud mental y en la satisfacción vital de las madres (de familia monoparental).
Los hijos de los beneficiarios también pueden beneficiarse de las prestaciones permanentes vinculadas al trabajo.
Si la sociedad valora el bienestar de los trabajadores con ingresos bajos, las prestaciones permanentes vinculadas al trabajo pueden mejorar la redistribución de los ingresos.
Contras
Las prestaciones vinculadas al trabajo basadas en los ingresos familiares totales reducen el nivel de empleo del trabajador secundario.
Al aumentar la oferta de mano de obra general, las prestaciones vinculadas al trabajo reducen el salario antes de impuestos ante la ausencia de rigidez salarial descendente.
Las prestaciones vinculadas al trabajo a menudo son complejas y se relacionan con otros programas; pueden por tanto no entenderse bien, especialmente por parte del grupo al que van dirigidas.
Al relacionar el acceso a los ingresos con mantener un empleo, las prestaciones vinculadas al trabajo podrían quedar obsoletas en las próximas décadas.