Discurso de ascensor
El tiempo que los miembros de una familia de un país industrializado dedican a las labores domésticas y a la compra es considerable, casi la mitad del tiempo dedicado al trabajo. Las mujeres llevan el peso de esta carga, en parte, por las diferencias salariales de género. Tratar de reducir la brecha salarial de género y cambiar las normas de conducta de género deberían reducir la diferenciación de género en el tiempo dedicado a la producción doméstica y su ineficacia. Los responsables políticos también deben constatar el impacto de la política fiscal en el tiempo dedicado a las labores domésticas y sus sustitutos en el mercado, y pensar en maneras de reducir las distorsiones causadas por los impuestos sobre las ventas y la renta.
Hallazgos clave
Pros
La producción doméstica ofrece servicios valiosos y es un sector importante de la economía.
Las diferencias de género en el tiempo que se dedica a las labores domésticas a causa de las diferencias de género en los costes de oportunidad o la productividad son eficientes.
Algunas de las diferencias observadas en el tiempo dedicado a las labores domésticas podrían atribuirse a preferencias; la evidencia limitada sobre preferencias sugiere que, de media, las mujeres prefieren hacer tareas domésticas más que los hombres.
Los datos indican que el tiempo dedicado a la producción doméstica ha disminuido, mientras que la dependencia de sustitutos en el mercado ha aumentado.
Las diferencias de género en el tiempo dedicado a las labores domésticas se han reducido y pueden estar contribuyendo a que haya menos diferencias de género en los ingresos.
Contras
Las contribuciones en el sector doméstico están a menudo subvaloradas, lo que infravalora el bienestar económico.
Las diferencias de género en el tiempo dedicado a las tareas del hogar causadas por las normas sociales o la discriminación no son eficaces.
El impuesto sobre la renta distorsiona los incentivos y hace que las personas, sobre todo las mujeres, dediquen más tiempo del que es socialmente óptimo a la producción doméstica.
Las mujeres que dedican más tiempo a las labores domésticas tienen salarios más bajos, lo que apunta a un círculo vicioso: las diferencias en salarios influyen en el tiempo dedicado a las tareas domésticas y viceversa.
El valor que los hogares dan a los bienes comprados en el mercado frente a los producidos en el hogar es incierto, pero los impuestos sobre las ventas distorsionan las elecciones de los hogares.