Discurso de ascensor
La retórica antiinmigrantes manifiesta con frecuencia su preocupación por enfermedades que puedan traer consigo los inmigrantes al país de acogida que puedan amenazar la salud de la población residente. En la realidad, los amplios estudios empíricos a lo largo de varias décadas, regiones y países de acogida documentan que cuando los inmigrantes llegan al país de acogida gozan de mejor salud que los residentes nativos, un fenómeno denominado el «efecto del inmigrante sano». Sin embargo, esta ventaja inicial se deteriora a medida que pasan tiempo en el país de acogida, y el estado de salud de los inmigrantes tiende a equipararse al de los residentes nativos o a ser inferior.
Hallazgos clave
Pros
A su llegada, los inmigrantes gozan de mejor salud que los residentes nativos (el «efecto del inmigrante sano»).
Los nuevos inmigrantes traen consigo hábitos y estilos de vida más saludables, como actividad física, dietas bajas en calorías, estrechos vínculos familiares y factores culturales protectores.
La inmigración sirve de marco experimental para probar los efectos de los factores ambientales en las enfermedades y en las diferencias étnicas de salud.
La buena salud afecta a todas las esferas de la vida, incluido el desempeño en el mercado laboral.
Contras
La ventaja de salud inicial de los inmigrantes se deteriora a medida que pasan tiempo en el país de acogida y tiende a equipararse al estado de salud de los residentes nativos o a ser inferior.
La desigualdad entre los residentes nativos y los inmigrantes puede variar en distintos ámbitos de la salud y en las métricas para medirla, así como por género y país de origen y residencia.
Las condiciones de salud que notifican los propios inmigrantes pueden no coincidir con su verdadero estado de salud.
Los análisis estadísticos pueden estar sesgados a la baja porque no tienen en cuenta a los inmigrantes enfermos que regresan a su país de origen.