Discurso de ascensor
El drástico aumento de los precios de los alimentos en los últimos años ha provocado un debate sobre las implicaciones en el bienestar del riesgo de los precios de los alimentos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el número de personas desnutridas en el África subsahariana alcanzó la cifra récord de 265 millones en 2009. Se está desarrollando un consenso político a favor de la redistribución de ingresos a los pobres de países en desarrollo golpeados por la crisis de los precios de los alimentos. Esta recomendación tiene sentido cuando los pobres son consumidores netos de alimentos, pero ignora la posibilidad de que algunos pobres sean productores netos de alimentos y que por tanto puedan beneficiarse de la subida de precios.
Hallazgos clave
Pros
La subida de precios de los alimentos puede aliviar la pobreza y la desigualdad en áreas en las que los pobres son productores netos de alimentos (producen más alimentos que los que consumen).
La subida de precios de los alimentos puede beneficiar a zonas en las que las mujeres son productoras, ya que los patrones de gasto femenino tienden a favorecer más a los niños.
Cuando la subida de los precios de los alimentos estimula la producción alimenticia, se puede generar empleo (con los ingresos asociados) que puede mejorar el bienestar.
La clase media urbana depende del empleo no agrícola para ganarse la vida, así que es probable que se vea más afectada por la subida de precios de los alimentos que los segmentos de población más pobres.
Contras
La subida de precios de los alimentos puede exacerbar la pobreza y la desigualdad cuando los pobres son consumidores netos de alimentos (consumen más alimentos que los que producen) y el empleo no agrícola es reducido.
Las implicaciones en el bienestar de la subida de precios de los alimentos son ambiguas –incluso cuando las mujeres son productoras– si los recursos complementarios para la comercialización de los cultivos son escasos.
Los análisis a menudo ignoran la posibilidad de los cambios de conducta en respuesta a las subidas de precios, por ej., sustituir alimentos menos caros por alimentos más caros.
La subida de precios de los alimentos puede exacerbar la pobreza a largo plazo cuando las limitaciones institucionales nacionales, el entorno comercial agrícola internacional y las condiciones climáticas limitan el uso de técnicas agrícolas modernas de alto rendimiento.