Discurso de ascensor
Un elemento clave de la política contra la pobreza es identificar con precisión a las personas pobres. Sin embargo, medir la pobreza a nivel individual es difícil, ya que los datos de consumo se recogen normalmente a nivel de hogar. Los indicadores per cápita basados en datos a nivel de hogar ignoran la desigualdad en el hogar y las economías de escala en el consumo. El modelo de hogar colectivo ofrece un marco alternativo y prometedor para calcular la pobreza a nivel individual teniendo en cuenta al mismo tiempo la desigualdad en el hogar y las economías de escala en el consumo.
Hallazgos clave
Pros
Tener en cuenta la desigualdad en el hogar y las economías de escala es fundamental para medir la pobreza a nivel individual.
Las personas pobres pueden vivir en hogares no pobres; por tanto, los indicadores de pobreza basados en el consumo per cápita del hogar o en escalas de equivalencia pueden clasificar erróneamente a las personas pobres.
El modelo de hogar colectivo ofrece un marco para calcular la pobreza a nivel individual a partir de datos a nivel de hogar.
La evidencia indica que los indicadores de pobreza calculados con el modelo colectivo pueden mejorar los indicadores de pobreza per cápita.
Contras
Los datos que se necesitan para calcular la pobreza a nivel individual pueden ser complicados.
El modelo colectivo en sí no tiene en cuenta las diferencias de las necesidades de los miembros del hogar (por ej., niños frente a adultos).
Los resultados en la identificación asumen divisibilidad entre el consumo y otros aspectos críticos del comportamiento del hogar (por ej., oferta de mano de obra, ahorros y producción doméstica); normalmente, esto no es así.
El bienestar individual es multidimensional; los indicadores de pobreza per cápita y aquellos calculados con el modelo colectivo se centran solo en el consumo.