Discurso de ascensor
La mayoría de las religiones de las economías en transición fueron marginalizadas por sus antiguos regímenes comunistas. Hoy en día, algunos de estos países están viendo un repunte de la religiosidad, mientas que otros son propensos a la secularización. Las normas religiosas afectan a la toma de decisiones individuales con respecto a la inversión en capital humano, reformas económicas, estabilidad matrimonial, empleo y otros contextos. Esto implica que los intereses de las comunidades religiosas y no religiosas pueden ser distintos y deben tenerse en cuenta al diseñar e implementar políticas económicas, lo que supone un reto para los responsables políticos.
Hallazgos clave
Pros
Los patrones de religiosidad difieren en los países en transición; algunos presentan un repunte, mientras que otros están propensos a la secularización.
La religiosidad puede aumentar la calidad del capital humano al mejorar los resultados educativos, motivar conductas relacionadas con la salud y mejorar la satisfacción vital de las personas.
La religiosidad individual puede reducir los efectos psicológicos adversos de los despidos, las dificultades y las reformas económicas.
Los estudios ofrecen mucha información sobre las creencias, actividades y afiliaciones religiosas, lo que puede usarse para analizar y diseñar políticas.
Contras
La afiliación religiosa declarativa y el fuerte compromiso religioso pueden afectar a los resultados económicos de forma diferente, pero los estudios existentes raramente hacen distinciones entre estas mediciones de la religiosidad.
La mayoría de los estudio sobre la religiosidad y la conducta y resultados económicos individuales ofrecen evidencia correlacional, pero no causal.
No existen estudios sobre el impacto social y económico de denominaciones religiosas concretas.
Los posibles efectos negativos de la religiosidad derivados de las creencias religiosas extremas y conservadoras no se han analizado lo suficiente.